ETAPA 20: Prado Maguillo y Refugio Casa Forestal El Bodegón - Refugio Era del Fustal
Esta etapa, en la zona nororiental del parque, se desarrolla en su totalidad en terrenos boscosos dominados por el pino laricio de los que emergen los calares, que son las montañas aplanadas tan frecuentes en la zona norte del parque natural. Se inicia en el valle de Los Anchos, que es uno de los más fotogénicos del parque y tiene encantadoras aldeas que aún conservan la arquitectura popular.
Casi todo el trazado de esta etapa va por pistas forestales, cosa lógica teniendo en cuenta que transitamos por una zona cuya gran riqueza forestal ha sido explotada desde tiempo inmemorial. La Cañada del Saucar es la única aldea que encontraremos, y desde ella parte la derivación 8 del GR 247 que asciende al Puntal de la Misa, en el gran Calar del Cobo, que constituye uno de los mejores miradores de la Sierra de Segura.
La ruta pasa por varios puntos de privilegiada situación desde los que se contemplan imponentes panorámicas, como son el Collado de Góntar, el Collado del Ventano y el Poyo de la Víbora. Muy cerca del primero, aunque fuera del sendero, está La Raja, una grieta alta y muy estr ...
Esta etapa, en la zona nororiental del parque, se desarrolla en su totalidad en terrenos boscosos dominados por el pino laricio de los que emergen los calares, que son las montañas aplanadas tan frecuentes en la zona norte del parque natural. Se inicia en el valle de Los Anchos, que es uno de los más fotogénicos del parque y tiene encantadoras aldeas que aún conservan la arquitectura popular.
Casi todo el trazado de esta etapa va por pistas forestales, cosa lógica teniendo en cuenta que transitamos por una zona cuya gran riqueza forestal ha sido explotada desde tiempo inmemorial. La Cañada del Saucar es la única aldea que encontraremos, y desde ella parte la derivación 8 del GR 247 que asciende al Puntal de la Misa, en el gran Calar del Cobo, que constituye uno de los mejores miradores de la Sierra de Segura.
La ruta pasa por varios puntos de privilegiada situación desde los que se contemplan imponentes panorámicas, como son el Collado de Góntar, el Collado del Ventano y el Poyo de la Víbora. Muy cerca del primero, aunque fuera del sendero, está La Raja, una grieta alta y muy estr ...
Esta etapa, en la zona nororiental del parque, se desarrolla en su totalidad en terrenos boscosos dominados por el pino laricio de los que emergen los calares, que son las montañas aplanadas tan frecuentes en la zona norte del parque natural. Se inicia en el valle de Los Anchos, que es uno de los más fotogénicos del parque y tiene encantadoras aldeas que aún conservan la arquitectura popular.
Casi todo el trazado de esta etapa va por pistas forestales, cosa lógica teniendo en cuenta que transitamos por una zona cuya gran riqueza forestal ha sido explotada desde tiempo inmemorial. La Cañada del Saucar es la única aldea que encontraremos, y desde ella parte la derivación 8 del GR 247 que asciende al Puntal de la Misa, en el gran Calar del Cobo, que constituye uno de los mejores miradores de la Sierra de Segura.
La ruta pasa por varios puntos de privilegiada situación desde los que se contemplan imponentes panorámicas, como son el Collado de Góntar, el Collado del Ventano y el Poyo de la Víbora. Muy cerca del primero, aunque fuera del sendero, está La Raja, una grieta alta y muy estrecha que permite el paso.
También es destacable la importancia ecológica de buena parte del territorio recorrido por la ruta, que pasa por el monte El Espino, incluido en el Área de Reserva Acebeas-Nava del Espino, especialmente protegida por albergar especies de flora cuyo territorio de distribución es muy reducido, estando algunas incluso en peligro de extinción.
Arces y acebos nos acompañarán en algunos puntos de la ruta, que también pasa por plácidos lugares que estuvieron antaño habitados, como el encantador vallezuelo que forma en su cabecera el arroyo de la Fuente del Tejo, donde los gamos y ciervos son atraídos por los viejos frutales ya descuidados. En toda la zona que recorre esta etapa abunda la gran fauna silvestre, siendo frecuente observar el vuelo del águila real y escuchar la berrea de los venados en otoño.
La etapa permite también acceder a la derivación 9 una de las más atractivas del sendero Bosques del Sur, que asciende al calar del Espino, en plena área de reserva y desde el que se divisan extensísimos horizontes de las provincias de Jaén y Albacete. Aconsejamos vivamente recorrer esta derivación, porque en el pequeño bucle circular del sendero en lo alto del calar se vive la emocionante sensación de pasear por una enorme terraza abierta a los cuatro puntos cardinales del parque natural.
Los grandes protagonistas de la etapa que va a descubrir son los bosques de pino laricio y los calares, que son las montañas aplanadas tan frecuentes en la zona norte del parque natural. Apenas hay aldeas ni cortijos, pero sí un área de reserva de gran importancia botánica. Naturaleza en estado puro.
En toda la zona que recorre este Tramo abunda la gran fauna silvestre, siendo frecuente observar el vuelo del águila real y escuchar la berrea de los venados en otoño.
Información técnica
Nombre de Ruta Rutas Bosques GR247
Rutas Bosques GR247 20: ETAPA 20: Prado Maguillo y Refugio Casa Forestal El Bodegón - Refugio Era del FustalHUSO 30S
Prado Maguillo: x537248 y4231561
Refugio Era del Fustal: x536615 y4240606
Prado Maguillo: x537136 y4231354
Refugio Era del Fustal: x536504 y4240394
DISTANCIA TOTAL (EN KILÓMETROS)17350
Tramo de asfalto o cemento 3,11 %
Tramo de pista o camino forestal o rambla 96,89 %
Tramo de senda 0 %
tramos-de-Vía-pecuaria 0 %
TIEMPO DE MARCHA ESTIMADOO
4 h 51 minDESNIVEL MÁXIMO290
DIFICULTAD. VALORACIÓN SEGÚN MÉTODO MIDE
2
MEDIO.
Severidad del medio natural
2
Irinerario
Orientación en el itinerario
1
Desplazamiento
Dificultad en el desplazamiento
3
ESFUERZO.
Cantidad de esfuerzo necesario
DISTANCIA TOTAL (EN KILÓMETROS) 19540 M
Inicio
A Prado Maguillo se llega tomando un desvío en la aldea de La Venta Rampias, que está en la carretera JF-7038.
Final
El punto del final de esta Etapa se encuentra en el cruce conocido como de La Era del Fustal, donde la carretera que sube a la Sierra desde Segura de la Sierra confluye con la que sube desde Siles a Las Acebeas y continúa hacia Río Madera y Pontones.
PUNTOS INTERMEDIOS
LUGAR
POSICIÓN
TIPO DE VÍA
5,8
Pista forestal
9,8
Pista forestal
CICLABILIDAD
Sin dificultades
PUNTOS DE AGUA
Prado Maguillo, cercanías de Cañada del Saucar, fuente en casa forestal km 8,8. En el final de la Etapa no hay fuente, aunque en la descripción de la misma se comentan varias alternativas de fuentes cercanas.
PUNTOS DE AVITUALLAMIENTO
En el sendero: no hay
Cerca del sendero: Segura de la Sierra, Orcera
ENLACES CON OTROS SENDEROS
PR-A 199, GR 147, PR-A 196, PR-A 178
Rutómetro
Prado Maguillo
La aldea de Prado Maguillo es uno de los lugares más estratégicos del sendero Bosques del Sur, ya que es principio o final de tres etapas: la 19, que viene desde La Toba; la 20, por la que llegamos hasta el refugio de la Era del Fustal, y la etapa 1 de la variante GR 247. 1, que se dirige al valle de río Madera. Prado Maguillo conserva bien la arquitectura popular y está enclavada en el bellísimo valle formado por el Arroyo de la Cañada del Saucar y los Anchos, situándose en un verdadero mirador natural frente al Morro de los Corzos, Los Picachos Coloraos y el Calarico. El valle se encuentra salpicado de aldeas y cortijos, y aunque hoy en día son muy pocas las personas que viven en ellos permanentemente, antaño fue una zona bastante poblada y productiva.
La ruta comienza en dirección noreste y se desarrolla en su mayor parte por pista forestal. Durante los primeros kilómetros transitamos en paralelo al Arroyo de la Cañada del Saucar, situado a la derecha. Al salir de la aldea, hay una panorámica grandiosa del valle, ...
Prado Maguillo
La aldea de Prado Maguillo es uno de los lugares más estratégicos del sendero Bosques del Sur, ya que es principio o final de tres etapas: la 19, que viene desde La Toba; la 20, por la que llegamos hasta el refugio de la Era del Fustal, y la etapa 1 de la variante GR 247. 1, que se dirige al valle de río Madera. Prado Maguillo conserva bien la arquitectura popular y está enclavada en el bellísimo valle formado por el Arroyo de la Cañada del Saucar y los Anchos, situándose en un verdadero mirador natural frente al Morro de los Corzos, Los Picachos Coloraos y el Calarico. El valle se encuentra salpicado de aldeas y cortijos, y aunque hoy en día son muy pocas las personas que viven en ellos permanentemente, antaño fue una zona bastante poblada y productiva.
La ruta comienza en dirección noreste y se desarrolla en su mayor parte por pista forestal. Durante los primeros kilómetros transitamos en paralelo al Arroyo de la Cañada del Saucar, situado a la derecha. Al salir de la aldea, hay una panorámica grandiosa del valle, ...
Prado Maguillo
La aldea de Prado Maguillo es uno de los lugares más estratégicos del sendero Bosques del Sur, ya que es principio o final de tres etapas: la 19, que viene desde La Toba; la 20, por la que llegamos hasta el refugio de la Era del Fustal, y la etapa 1 de la variante GR 247. 1, que se dirige al valle de río Madera. Prado Maguillo conserva bien la arquitectura popular y está enclavada en el bellísimo valle formado por el Arroyo de la Cañada del Saucar y los Anchos, situándose en un verdadero mirador natural frente al Morro de los Corzos, Los Picachos Coloraos y el Calarico. El valle se encuentra salpicado de aldeas y cortijos, y aunque hoy en día son muy pocas las personas que viven en ellos permanentemente, antaño fue una zona bastante poblada y productiva.
La ruta comienza en dirección noreste y se desarrolla en su mayor parte por pista forestal. Durante los primeros kilómetros transitamos en paralelo al Arroyo de la Cañada del Saucar, situado a la derecha. Al salir de la aldea, hay una panorámica grandiosa del valle, que impresiona sobre todo en otoño por el colorido de los chopos y nogales que existen en las huertas, en contraste con el verde de los bosques de las laderas y el ocre y gris de los potentes paredones calizos que nos acompañan. Hay que destacar los bosques de pino laricio que en este primer tramo vamos a encontrar, por el porte alto, recto y esbelto de sus ejemplares. La zona es también rica en pastizales, de ahí el interés ganadero de este valle desde tiempos pasados, en los que hubo una forma de vida muy ligada a la oveja segureña y al cultivo de las innumerables huertas que encontramos, hoy abandonadas en su mayor parte. Durante los primeros 2,8 kilómetros de esta etapa se coincide con el sendero de pequeño recorrido denominado PR-A 199 Circular Prado Maguillo, por lo que las balizas que indican continuidad llevan señalización en blanco, rojo y amarillo.
Cortijos de la Cañada del Saucar
A la izquierda quedan varios cortijos aún habitados, alguno de ellos restaurado recientemente conservando la arquitectura tradicional. En este punto se inicia, hacia la derecha y cruzando el arroyo, la derivación 8 del sendero Bosques del Sur, concretamente la que lleva hasta el Puntal de la Misa, que con sus 1796 m de altitud tiene una de las mejores vistas del parque natural.
Para continuar nuestra etapa seguimos en paralelo al arroyo de la Cañada del Saucar, junto al que transitamos desde el inicio, sin cruzarlo. Este nace un poco más arriba y desciende entre pinares y huertos hasta desembocar en el río Madera muy cerca de la Venta de Rampias.
Bifurcación Camino a La Tobilla
En este punto encontramos dos opciones: hacia la izquierda dejamos el PR-A 199, que nos ha acompañado desde el inicio, y que se encamina hacia cortijadas como el Cortijo de Prado Espinosilla y la Tobilla, para luego, desde el Arroyo de las Tres Aguas, regresar hacia Prado Maguillo por el Collado de Prado Puerco, cerrando así una ruta circular.
La opción de la derecha, por la que continúa nuestra etapa, nos lleva por la cabecera de la Cañada del Saucar. A 500 metros del cruce dejamos a la izquierda una vieja alberca, y justo en este punto, al otro lado del arroyo, hay unas junqueras donde se sitúa un nacimiento de agua.
La pista forestal sale de la cañada y empieza una subida más acusada por una de las laderas del Cerro de Góntar, que nos brinda unas grandes panorámicas. La zona tiene poco arbolado debido a un incendio ocurrido en 2005.
Collado de Góntar
Culminamos la subida a 1560 metros de altitud en el Collado de Góntar, lugar muy conocido en esta parte del parque porque se visualiza desde muchos lugares, y desde el que, a su vez, se divisan grandes panorámicas en todas las direcciones. Existe un paredón rocoso a la derecha con formas muy llamativas. Hay que acercarse a él para entrar en la Grieta de Góntar, un pasillo que da a la otra vertiente del roquedo, que apenas tiene la anchura de una persona con los brazos en cruz, y que en meses de estío sirve de descansadero para el ganado gracias a la sombra que dan sus altas paredes y al frescor que proporcionan las corrientes de aire que se generan. Con un poco de suerte podremos observar en la zona algún fósil marino que nos habla del pasado geológico de estas sierras.
A pocos metros del collado encontramos un cruce de caminos con un pino laricio en medio. Debemos girar hacia la izquierda para ir en descenso durante varios kilómetros. La pista forestal de la derecha nos llevaría a las aldeas de La Peguera del Madroño y El Madroño en el valle del río Segura.
Collado de Góntar
Culminamos la subida a 1560 metros de altitud en el Collado de Góntar, lugar muy conocido en esta parte del parque porque se visualiza desde muchos lugares, y desde el que, a su vez, se divisan grandes panorámicas en todas las direcciones. Existe un paredón rocoso a la derecha con formas muy llamativas. Hay que acercarse a él para entrar en la Grieta de Góntar, un pasillo que da a la otra vertiente del roquedo, que apenas tiene la anchura de una persona con los brazos en cruz, y que en meses de estío sirve de descansadero para el ganado gracias a la sombra que dan sus altas paredes y al frescor que proporcionan las corrientes de aire que se generan. Con un poco de suerte podremos observar en la zona algún fósil marino que nos habla del pasado geológico de estas sierras.
A pocos metros del collado encontramos un cruce de caminos con un pino laricio en medio. Debemos girar hacia la izquierda para ir en descenso durante varios kilómetros. La pista forestal de la derecha nos llevaría a las aldeas de La Peguera del Madroño y El Madroño en el valle del río Segura.
Derivación al Calar del Espino
Encontramos en la pista un pequeño aparcamiento a la derecha, y hacia la izquierda, por una pista más estrecha, se inicia la derivación 9 del GR 247 Bosques del Sur. Se trata del ascenso al Calar del Espino, uno de los calares más grandes y espectaculares del parque con casi dos kilómetros de longitud (ver descripción en capítulo correspondiente). Nuestra etapa continúa plácidamente por la pista principal, al frente, flanqueada por un espeso bosque de pino laricio.
Fuente
Salimos a una despejada cañada que rodeamos por la izquierda. Antiguamente fue zona de huerta y en la actualidad está vallada. A los pocos metros encontramos un solitario cortijo, en buen estado, justo en el borde de esta vaguada. Antes de llegar a él, bajo la pista que queda a un nivel más alto, a escasos metros en unas junqueras, se encuentra una fuente que raramente se seca.
En la siguiente curva de nuestro camino nos sorprenden los Cortijos de La Viuda, que fueron la morada de los habitantes de todo este paraje, de ahí estos claros dedicados a huertos. Los cortijos están semi derruidos, pero es bastante llamativo el antiguo horno de leña que utilizaban para el autoabastecimiento. En la zona de cultivo próximo a este cortijo y en otras cercanas del delicioso valle de cabecera del Arroyo de la Fuente del Tejo, abundan aquí y allá los ciruelos, nogales y otros frutales que llevan muchos años descuidados, pero que atraen a jabalíes, ciervos y gamos, a los que es posible sorprender, sobre todo durante las primeras y las últimas luces del día.
Pista Forestal de los Huecos de Bañares JF-7014
Salimos a otra pista de tierra, bastante más ancha, y deberemos girar hacia la izquierda, ascendiendo nuevamente. Muy pronto comienzan a aparecer los primeros arces y a medida que subimos las vistas van ganando en profundidad.
Collado del Ventano
Cuando alcanzamos los 1450 metros de altitud llegamos al Collado del Ventano. Hacia la derecha hay una senda que nos aproximaría a la roca que da nombre al lugar y que no se ve desde la pista. Se encuentra a unos 200 metros de la pista y es una gran piedra horadada que se asemeja a una ventana natural. Cuando proseguimos la marcha sí podremos apreciarla desde la pista.
A continuación la pista baja y vuelve a subir ligeramente hasta llegar, a los 600 metros del Collado del Ventano, a otro collado. A la derecha de este, a escasos metros, encontramos un suave promontorio que es el Poyo de la Víbora, desde el cual hay una gran vista de la Sierra del Agua, los calares del Mundo, del Mentiras y del Navalperal, y el valle del río Tus. El espacio por el que hemos transitado entre los dos collados es, además de un balcón paisajístico, una joya botánica, con numerosos arces y algunos acebos en medio de un magnífico bosque de pinos laricios o salgareños.
A partir de este punto, primero en ligero descenso y posteriormente en varias subidas y bajadas, nuestra ancha pista atraviesa durante más de cuatro kilómetros la finca de Navalespino, dejando su cortijo a la izquierda. En el primer tramo de descenso desde el Poyo de la Víbora hay varios robles melojos, bastante escasos en el parque.
Era del Fustal
Salimos a la carretera JF-7016 que, a la izquierda, nos llevaría en menos de un kilómetro al paraje de Navalcaballo, donde hay una antigua y hermosa casa forestal que cuenta con fuente y que actualmente es utilizada como base del Centro de Defensa Forestal (CEDE FO).
Para seguir nuestra ruta, sin embargo, al salir a la vía asfaltada debemos girar hacia la derecha. Veremos una montaña al frente con una pequeña edificación en un promontorio rocoso, que es la caseta de vigilancia de Navalperal. A nuestra derecha encontraremos una fuente, pero suele estar seca.
Refugio Era del Fustal
Está situado justo en el cruce de las carreteras JF-7016 y la JF-7012, ya junto al monte Navalperal. Se trata de una antigua casa de peones camineros que ha sido rehabilitada para la pernocta de senderistas. En este lugar no hay fuente, pero tenemos varias opciones. La más cercana es ir por la carretera hacia río Madera durante 0,8 kilómetros hasta la antes citada casa forestal de Navalcaballo, donde se ubica el Centro de Defensa Forestal y frente al cual hay una fuente. La segunda es la fuente que se ha construido junto a la casa forestal de Las Acebeas, a 1,6 kilómetros siguiendo la etapa 21 del GR 247. Y la tercera es tomar la carretera hacia Segura de la Sierra, donde encontraremos una fuente a 1,6 kilómetros, frente al Cortijo de Lope.
Información Complementaria
El pino laricio o salgareño, emblema del Parque Natural
No hay árbol más representativo del parque natural que el pino salgareño o laricio (Pinus nigra ssp. salzmanii). Y no solo por su importancia ecológica sino también porque, gracias a la buena calidad de su madera, ha protagonizado la historia económica y social de las comarcas que hoy están integradas en el parque, a lo largo de la cual ha sido a veces potenciado y mimado, y a veces destruido por la codicia y el ciego interés. El nombre con el que se ha conocido desde siempre en estas sierras a este pino es el de salgareño, lo que tiene su lógica, porque esta palabra proviene de sarga, que es como aquí se denomina a varios sauces, cuyas ramas son finas y gráciles. Salgareño, por tanto, alude a la esbeltez de este pino, cuyo porte es muy derecho y elegante.
Puede superar los 40 metros de altura y con frecuencia sobrepasa los 500 o 600 años de edad. Es famoso el Pino Galapán, en el término de Santiago-Pontones, por ser el más grande del parque, y que al parecer data de mediados ...
El pino laricio o salgareño, emblema del Parque Natural
No hay árbol más representativo del parque natural que el pino salgareño o laricio (Pinus nigra ssp. salzmanii). Y no solo por su importancia ecológica sino también porque, gracias a la buena calidad de su madera, ha protagonizado la historia económica y social de las comarcas que hoy están integradas en el parque, a lo largo de la cual ha sido a veces potenciado y mimado, y a veces destruido por la codicia y el ciego interés. El nombre con el que se ha conocido desde siempre en estas sierras a este pino es el de salgareño, lo que tiene su lógica, porque esta palabra proviene de sarga, que es como aquí se denomina a varios sauces, cuyas ramas son finas y gráciles. Salgareño, por tanto, alude a la esbeltez de este pino, cuyo porte es muy derecho y elegante.
Puede superar los 40 metros de altura y con frecuencia sobrepasa los 500 o 600 años de edad. Es famoso el Pino Galapán, en el término de Santiago-Pontones, por ser el más grande del parque, y que al parecer data de mediados ...
El pino laricio o salgareño, emblema del Parque Natural
No hay árbol más representativo del parque natural que el pino salgareño o laricio (Pinus nigra ssp. salzmanii). Y no solo por su importancia ecológica sino también porque, gracias a la buena calidad de su madera, ha protagonizado la historia económica y social de las comarcas que hoy están integradas en el parque, a lo largo de la cual ha sido a veces potenciado y mimado, y a veces destruido por la codicia y el ciego interés. El nombre con el que se ha conocido desde siempre en estas sierras a este pino es el de salgareño, lo que tiene su lógica, porque esta palabra proviene de sarga, que es como aquí se denomina a varios sauces, cuyas ramas son finas y gráciles. Salgareño, por tanto, alude a la esbeltez de este pino, cuyo porte es muy derecho y elegante.
Puede superar los 40 metros de altura y con frecuencia sobrepasa los 500 o 600 años de edad. Es famoso el Pino Galapán, en el término de Santiago-Pontones, por ser el más grande del parque, y que al parecer data de mediados del siglo XVII. Hay en el parque natural salgareños milenarios (existen tres ejemplares que tienen entre 1020 años y 1041 años), pero que no destacan por su tamaño porque viven en condiciones más difíciles de suelo y clima. La madera del pino salgareño es relativamente fácil de trabajar, pero es dura y muy resistente a la putrefacción, por lo que fue en otros tiempos muy valorada para la industria naval. De hecho, hasta tiempos recientes los serranos llamaban palo mayor a los ejemplares de pino salgareño de gran envergadura y tronco recto, pues eran destinados a ser el palo principal de la arboladura de los navíos.
En la actualidad, la Unión Europea certifica la calidad del pino salgareño a través de su correspondiente Marca Comunitaria, que supone un reconocimiento a la calidad de los productos elaborados con su madera.
Sus hermosos troncos de corteza gris cenicienta dominan el paisaje de grandes zonas boscosas a partir de los 1300 metros de altitud, donde están la mayor parte de los ecosistemas más valiosos del parque. Aparece solitario en las zonas más altas, de clima duro y suelo pobre, porque no hay allí otro árbol que aguante tales condiciones. Y compite en altitudes más bajas y con mejores suelos con el roble o quejigo (Quercus faginea), al arce (Acer granatense) y el melojo (Quercus pyrenaica), a costa de cuya tala ha ampliado su área de distribución a lo largo de la historia.
Como podremos comprobar en esta etapa, los bosques de pino salgareño impresionan por el porte recto de sus troncos, el contraste del verde intensamente oscuro de las copas con el gris claro de las rocas calcáreas y la especial luminosidad de las zonas altas en las que crecen. En España, el salgareño se da en los Pirineos y en el sur de la Cordillera Ibérica, sobre todo en la Serranía de Cuenca, pero las masas boscosas más amplias y mejor conservadas son las del parque natural, Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, en cuyo logo ocupa un lugar destacado.
Es un árbol que prefiere los suelos calcáreos y resiste muy bien la sequía, pero necesita algo más de agua que las dos especies de pinos que dominan en zonas más bajas –el negral y el carrasco–. Sin embargo aguanta el frío mucho mejor que ellos. Aunque prefiere los suelos frescos y profundos, tiene gran facilidad para adherirse a las rocas, tan abundantes en las zonas altas, gracias a que sus raíces secundarias son largas y superficiales.