DERIVACIÓN 08: Puntal de La Misa
La derivación al Puntal de la Misa parte desde la aldea de Cañada del Saucar situada en el kilómetro 2,6 de la Etapa 20, que comienza en la aldea de Prado Maguillo. Es un recorrido lineal, que habrá que hacer de ida y vuelta. Se asciende por una pista forestal en medio de inmensos pinares de pino laricio dejando abajo los valles de Los Anchos y Río Madera. A medida que ganamos altura, la vegetación va escaseando hasta reducirse a un austero piornal.
Una vez en lo alto del calar, descubrimos el grandioso y sobrecogedor ambiente de la alta montaña segureña: una enorme plataforma kárstica con praderas donde pastan los rebaños de oveja segureña, rota por dolinas (hundimientos llamados “sorbeores” en la zona), recónditas vaguadillas y afilados roquedales.
Quedan en el calar restos de paredes de piedra de antiguas terrazas agrícolas, testigos de la dureza de la antigua vida rural, en la que los serranos subían desde las aldeas próximas para sembrar cereales aprovechando la humedad que el suelo conserva en unas pocas vaguadas. Realizar tan duros desplazamientos de forma cotidiana para ar ...
La derivación al Puntal de la Misa parte desde la aldea de Cañada del Saucar situada en el kilómetro 2,6 de la Etapa 20, que comienza en la aldea de Prado Maguillo. Es un recorrido lineal, que habrá que hacer de ida y vuelta. Se asciende por una pista forestal en medio de inmensos pinares de pino laricio dejando abajo los valles de Los Anchos y Río Madera. A medida que ganamos altura, la vegetación va escaseando hasta reducirse a un austero piornal.
Una vez en lo alto del calar, descubrimos el grandioso y sobrecogedor ambiente de la alta montaña segureña: una enorme plataforma kárstica con praderas donde pastan los rebaños de oveja segureña, rota por dolinas (hundimientos llamados “sorbeores” en la zona), recónditas vaguadillas y afilados roquedales.
Quedan en el calar restos de paredes de piedra de antiguas terrazas agrícolas, testigos de la dureza de la antigua vida rural, en la que los serranos subían desde las aldeas próximas para sembrar cereales aprovechando la humedad que el suelo conserva en unas pocas vaguadas. Realizar tan duros desplazamientos de forma cotidiana para ar ...
La derivación al Puntal de la Misa parte desde la aldea de Cañada del Saucar situada en el kilómetro 2,6 de la Etapa 20, que comienza en la aldea de Prado Maguillo. Es un recorrido lineal, que habrá que hacer de ida y vuelta. Se asciende por una pista forestal en medio de inmensos pinares de pino laricio dejando abajo los valles de Los Anchos y Río Madera. A medida que ganamos altura, la vegetación va escaseando hasta reducirse a un austero piornal.
Una vez en lo alto del calar, descubrimos el grandioso y sobrecogedor ambiente de la alta montaña segureña: una enorme plataforma kárstica con praderas donde pastan los rebaños de oveja segureña, rota por dolinas (hundimientos llamados “sorbeores” en la zona), recónditas vaguadillas y afilados roquedales.
Quedan en el calar restos de paredes de piedra de antiguas terrazas agrícolas, testigos de la dureza de la antigua vida rural, en la que los serranos subían desde las aldeas próximas para sembrar cereales aprovechando la humedad que el suelo conserva en unas pocas vaguadas. Realizar tan duros desplazamientos de forma cotidiana para arrancar rendimientos tan escasos resulta hoy impensable.
Desde la caseta de vigilancia forestal del Puntal de la Misa, y a lo largo de la cara este del calar, dominaremos memorables panorámicas sobre una infinita sucesión de lienzos montañosos al otro lado del profundo valle labrado por el río Segura. El calar es frecuentado por grupos de cabras monteses y sobrevolado por el buitre leonado. En los cortados hay también halcones peregrinos. En toda la zona abunda el jabalí.
Información técnica
Nombre de Ruta Rutas Bosques GR247
Rutas Bosques GR247 8: DERIVACIÓN 08: Puntal de La MisaHUSO 30S
Cañada del Saucar: x538912 y4233048
Puntal de la Misa: x539714 y4230327
Cañada del Saucar: x538812 y4232841
Puntal de la Misa: x539602 y4230120
DISTANCIA TOTAL (EN KILÓMETROS)5876
Tramo de asfalto o cemento 0 %
Tramo de pista o camino forestal o rambla 100 %
Tramo de senda 0 %
tramos-de-Vía-pecuaria 0 %
TIEMPO DE MARCHA ESTIMADOO
1 h 51 minDESNIVEL MÁXIMO381 m
DIFICULTAD. VALORACIÓN SEGÚN MÉTODO MIDE
1
MEDIO.
Severidad del medio natural
1
Irinerario
Orientación en el itinerario
1
Desplazamiento
Dificultad en el desplazamiento
2
ESFUERZO.
Cantidad de esfuerzo necesario
Rutómetro
Cañada del Saucar
El sendero se desarrolla íntegramente por una estrecha pista que cruza el arroyo en su inicio, serpenteando en varias ocasiones para coger altura entre un esbelto pinar de laricio. A 1,6 kilómetros del inicio, transitamos por Collado Portillo del Cerezo, para descender unos metros hacia una vaguada y continuar el ascenso. El paisaje que nos rodea es cambiante, zonas rocosas con especies rastreras, generalmente de porte bajo y espinas u hojas puntiagudas alternan con pinares de repoblación.
Calar del Cobo
Desaparecen definitivamente las especies arbóreas y pronto llegamos al Calar del Cobo, uno de los más grandes de esta zona, con más de 3 kilómetros de un extremo a otro. Estos lugares se utilizaban antiguamente como zona de cultivo de cereal, para complementar la alimentación del ganado en los meses menos productivos.
Los Calares son zonas predominantemente planas en la parte alta de las montañas, responsables de la riqueza de agua de las zonas bajas, pues recogen las aguas de lluvia y nieve, y la almacenan en los poros de la roca caliza, soltándola luego poco a poco.
Justo al coronar el calar, hacia el este y en la parte más baja, podemos contemplar un gran embudo, que se corresponde con una sima, en estado incipiente de formación.
Merece la pena acercarse al borde, donde nos daremos cuenta de que la cima se sitúa en la parte más baja de una depresión del terreno. De ello deriva que la escasa escorrentía existente en la parte alta del calar se filtre justo en ese punto, lo que acelera la disolución d ...
Calar del Cobo
Desaparecen definitivamente las especies arbóreas y pronto llegamos al Calar del Cobo, uno de los más grandes de esta zona, con más de 3 kilómetros de un extremo a otro. Estos lugares se utilizaban antiguamente como zona de cultivo de cereal, para complementar la alimentación del ganado en los meses menos productivos.
Los Calares son zonas predominantemente planas en la parte alta de las montañas, responsables de la riqueza de agua de las zonas bajas, pues recogen las aguas de lluvia y nieve, y la almacenan en los poros de la roca caliza, soltándola luego poco a poco.
Justo al coronar el calar, hacia el este y en la parte más baja, podemos contemplar un gran embudo, que se corresponde con una sima, en estado incipiente de formación.
Merece la pena acercarse al borde, donde nos daremos cuenta de que la cima se sitúa en la parte más baja de una depresión del terreno. De ello deriva que la escasa escorrentía existente en la parte alta del calar se filtre justo en ese punto, lo que acelera la disolución d ...
Calar del Cobo
Desaparecen definitivamente las especies arbóreas y pronto llegamos al Calar del Cobo, uno de los más grandes de esta zona, con más de 3 kilómetros de un extremo a otro. Estos lugares se utilizaban antiguamente como zona de cultivo de cereal, para complementar la alimentación del ganado en los meses menos productivos.
Los Calares son zonas predominantemente planas en la parte alta de las montañas, responsables de la riqueza de agua de las zonas bajas, pues recogen las aguas de lluvia y nieve, y la almacenan en los poros de la roca caliza, soltándola luego poco a poco.
Justo al coronar el calar, hacia el este y en la parte más baja, podemos contemplar un gran embudo, que se corresponde con una sima, en estado incipiente de formación.
Merece la pena acercarse al borde, donde nos daremos cuenta de que la cima se sitúa en la parte más baja de una depresión del terreno. De ello deriva que la escasa escorrentía existente en la parte alta del calar se filtre justo en ese punto, lo que acelera la disolución de la roca y propicia la formación del embudo o dolina.
Con el paso del tiempo en las dolinas se generan simas, que son galerías verticales cuya profundidad puede alcanzar centenares de metros.
Continuando la pista hacia el sur de este calar, pasamos junto a la tinada del calar situada a 3,6 kilómetros del inicio. Estas zonas son ricas en pastos frescos de verano, por lo que durante esos meses son habituales los rebaños de oveja segureña.
Puntal de la Misa
En el extremo sur del Calar llegamos al Puntal de la Misa a 1796 metros de altitud. Cuenta con una caseta de vigilancia de incendios operativa en los meses estivales.
Además de amplísimas vistas sobre las mayores altitudes del Parque y de las provincias vecinas de Albacete y Granada, hacia el sur, el Valle del Río Segura nos regalará una magnífica panorámica del Embalse de Anchuricas. Muy cerca de la cima observamos unas formaciones calizas verticales reniformes ubicadas sobre la cresta de esta montaña, que se conocen como los Dientes de la Vieja.