Castillo de Santa Eufemia

Monumentos

23700, Linares Cómo llegar

Cástulo fue una de las ciudades ibero-romanas más importantes de la Península Ibérica y, hoy día, uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Europa. Entre el innumerable patrimonio que atesora se encuentra el castillo de Santa Eufemia, uno de los últimos signos de la importancia de esta ciudad que a finales de la Edad Media desaparecía definitivamente.

Información

Horario

Mañanas: 9:00 - 14:00?h.

Tardes: 15:30 - 18:30?h (invierno) 15:30 - 20:00?h (verano).

Lunes: Cerrado.

Cuando los árabes llegan a Hisn Qastulona, del esplendor de la pujante ciudad ibero-romana apenas si quedan algunas muestras. Cástulo no es más que un  conjunto disperso de casas construidas al abrigo de una antigua muralla. Poco a poco, entre los siglos XI al XIII y gracias a su estratégica posición junto al río Guadalimar, el enclave comienza a experimentar un cierto renacimiento. Es en esta fecha cuando se construye el castillo de Santa Eufemia.

Tras atravesar la amplia meseta que antaño ocupó la ciudad de Cástulo, en la zona Sur, se alzan los restos del castillo. Destaca, especialmente, su torre islámica, construida para el control de las vías de comunicación y para la protección del asentamiento. Curiosamente, tras su conquista, los cristianos convirtieron esta torre de alquería de cuatro plantas en la torre de homenaje de un pequeño castillo. No fue muy extensa su vida, ya que a finales de la Edad Media, la fortificación, al igual que el resto del poblado, fue abandonado y sus ruinas cedidas como cantera para la construcción de nuevos edificios en las florecientes ciudades vecinas de Úbeda y Baeza. Era el fin de la brillante Cástulo, que, así, desaparecía definitivamente como espacio habitado a pesar de su esplendoroso pasado.

El Conjunto Arqueológico.
Hoy Cástulo es uno de los más importantes conjuntos arqueológicos de Europa del que todavía queda mucho por descubrir. Los hallazgos, de hecho, se suceden. Recientemente, un magnífico mosaico llamado por sus descubridores como “El mosaico de los amores”, calificado por National Geographic  como uno de los descubrimientos más importantes de 2012. Fechado entre finales del siglo I y principios del II, este mosaico fue hallado de forma fortuita durante la búsqueda del foro de Cástulo. Curiosamente, este aún no ha sido descubierto, pero el trabajo de investigación ha sacado a la luz nuevos espacios públicos que fueron de vital importancia para la antigua ciudad. El último hallazgo, en noviembre de 2013, es una impresionante escultura de un león ibero-romano que flanqueaba una de las puertas de entrada a la ciudad y que los expertos han considerado como la escultura animal mejor conservada de este periodo histórico.

Durante la época ibera, Cástulo fue uno de los oppidum –ciudad fortificada- más florecientes de Andalucía gracias a la explotación de las minas de Sierra Morena. Capital de la Oretania, llegó, incluso, a tener moneda propia y en ella nació una de las más conocidas princesas de la historia, Himilce, casada con el también célebre general cartaginés Aníbal. Años más tarde, en la época romana, Cástulo perdió la capitalidad, pero siguió siendo una de las ciudades más importantes de Hispania e, incluso, en el Bajo Imperio, antes de comenzar su decadencia, fue sede episcopal con un representante en los concilios de Toledo.

Recorrer el Conjunto Arqueológico, equipado con un moderno centro de interpretación, nos permite conocer esas etapas de la historia y descubrir algunos de los importantes vestigios que se conservan. Para el visitante, los lugares más atractivos son la llamada villa del Olivar, las termas romanas, el mosaico de los Amores, las necrópolis, la zona norte de las murallas y, por supuesto, los restos del castillo árabe. Además, para aquellos interesados en ampliar y conocer más sobre lo que Cástulo fue y supuso para la historia, el recorrido por el conjunto puede completarse con la visita al museo monográfico que existe en la ciudad de Linares. En él se conservan algunos de los enseres y objetos más preciados de los hallados entre las ruinas de la ciudad: cerámicas, capiteles ibéricos y romanos, piezas de los ajuares encontrados en las necrópolis, objetos de uso personal e, incluso, algunas piezas de la época visigoda.

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