Castillo de Tobaruela

Monumentos

Carretera A-302, km. 3 Jabalquinto. 23700, Linares Cómo llegar

La Tobaruela es ejemplo del modelo de castillo-residencia que, a finales del periodo medieval y en los albores del Renacimiento, reflejó el poder alcanzado por algunos linajes nobiliarios. Hoy sigue manteniendo prácticamente intacta su morfología original y el aspecto que presentaba allá por el siglo XV, época en la que está fechada su construcción, aunque no ocurre igual con sus dependencias interiores, que han sido muy modificadas. Esta fortificación es de titularidad privada por lo que no es posible visitar su interior.

La función del castillo de la Tobaruela no fue, a diferencia de otras fortificaciones más antiguas, la de servir de defensa o vigía, sino la de ser residencia de nobles familias de la época. Situado a apenas 4 kilómetros de Linares, de muy fácil acceso, al llegar a sus puertas el viajero se encontrará con una construcción en muy buen estado de conservación, aún a pesar de las modificaciones hechas a lo largo de los años, especialmente en las dependencias de su interior.

Probablemente el castillo fue construido sobre las ruinas de otro anterior. Al menos, ese fue el argumento dado por su constructor, D. Alonso Sánchez de Carvajal, para saltarse la prohibición de los Reyes Católicos de construir nuevas fortalezas. Con esta medida, los monarcas pretendían acabar con los continuos conflictos que surgían entre las nobles familias de la época. De hecho, el castillo de la Tobaruela fue construido en 1475, precisamente, en el marco de los enfrentamientos de Sánchez de Carvajal con don Juan de Benavides, señor de Jabalquinto. Para evitar solicitar el permiso real, don Alonso, sabedor de que no le sería concedido, justificó la construcción del castillo con la restauración de una antigua fortaleza, lo que le valió las airadas quejas que algunos vecinos de Linares hicieron llegar a los reyes.

Pero, dejando la historia a un lado, lo primero que llama la atención al situarse frente al conjunto de la Tobaruela es su torre bilobulada que se eleva sobre el camino. Frente a ella se observa otra torre, de planta cuadrada, que pudo ser diseñada como torre del homenaje, pero que no llegó a terminarse. En la puerta principal, la ornamentación es claro símbolo y representación del poder ostentado por las nobles familias de la época. La portada, por su parte, es de sobrio estilo isabelino y en su puerta, enmarcados, podemos ver los escudos de armas de los titulares del castillo.

Si bien el exterior de la fortaleza conserva la mayor parte de su estructura original, no ocurre lo mismo en su interior. En él, en torno a un patio porticado, se distribuyen las que fueran dependencias de los señores, si bien, a lo largo de los siglos, los distintos moradores fueron cambiando su utilidad y distribución en función de sus gustos y prioridades.