Cortijos

La peculiar arquitectura rural del olivar tiene su expresión en un buen número de haciendas, cortijos y casas rurales que han dejado atrás su pasado agrícola para convertirse, tras un esmerado trabajo de rehabilitación, en singulares propuestas de alojamiento rural, conservando todos los elementos arquitectónicos tradicionales: madera, cal, tejas árabes, piedra y tapial. Lugares, rodeados de mares de olivos, donde se mantiene el ambiente típico de los labriegos, una forma de vida sencilla y apacible al calor de la lumbre y el aroma del puchero a fuego lento, rodeados de trillos, arados, gradas...
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